Nueva Zelanda prohíbe las patentes de software.
Esta semana nos hemos encontrado con una noticia que puede cambiar el rumbo del software en todo el mundo. Nueva Zelanda ha prohibido las patentes de software que no estén relacionadas con alguna mejora en hardware. Esto podría abrir la puerta a que otros países hagan lo mismo y cambiar las reglas del juego para siempre.
Después de 5 años de debate Nueva Zelanda ha aprobado su nueva Ley de Patentes tras las recomendaciones del Comité de Comercio del país. Además, la propia población de Nueva Zelanda en una gran mayoría está a favor de cambiar la ley y prohibir estas patentes tan polémicas.
Obviamente no todas las patentes estarán prohibidas. Aquellas que tengan alguna incidencia en el software sí que están permitidas. Como ejemplo en el texto aprobado el miércoles se incluye una referencia a una posible aplicación que mejore el funcionamiento de una lavadora. En este caso, sí que estaría permitida la patente del software en cuestión.
Proteger a las empresas más pequeñas
“Al aclarar la definición de lo que puede ser patentado, estamos dando a los negocios de Nueva Zelanda más flexibilidad para adaptar y mejorar inventos existentes, sin dejar de proteger las innovaciones genuinas”, afirma el ministro de Comercio Craig Foss.
Evidentemente no se trata de prohibir cualquier patente que tenga que ver con el software pero sí aquellas que hacen más daño a las empresas más pequeñas, a las que, con la actual ley que rige en muchos países se les ahoga económicamente cuando utilizan alguna innovación que no hayan realizado ellas, impidiéndoles en muchos casos llevar a cabo sus proyectos.
Además, con esta nueva ley se impedirían esos largos procesos judiciales entra grandes corporaciones, como entre Apple y Samsung, quizá el más famoso de los últimos tiempos.
Eso sí, esto es una pequeño paso que se da en un país que, de momento, no tiene mucho poder en la industria tecnológica de nuestros días, por lo que todavía queda mucho para que llegue el día en el que sea más fácil desarrollar nuevos productos sin pisar callos que frenen esa innovación.
¿Qué os parece la nueva Ley de Patentes aprobada en Nueva Zelanda?