El fraude sin presencia física representa el 70% de los delitos cometidos con tarjetas.


Tras el análisis de transacciones llevadas a cabo en 44 millones de tarjetas activas, el fraude sin presencia física aún supone más del 70 por ciento de los delitos cometidos con tarjetas.

Los delitos cometidos sin la necesidad de utilización física de la tarjeta, que incluyen transacciones ilegales llevadas a cabo por teléfono, correo electrónico o en sitios de compra online, son aún los más importantes en Europa y representan casi las tres cuartas partes del fraude con tarjeta para las entidades que forman el Consorcio Europeo Fico Falcon Fraud, que tiene en cuenta la situación de 44 millones de tarjetas de crédito activas.

"El fraude sin tarjeta es el más importante de la región y los emisores deben buscar las formas para reducirlo", asegura Martin Warwick, responsable de fraude en dicho organismo para Europa, que añade: "Las tecnologías de Fico para evitar el fraude permite a sus clientes sobresalir en el mercado. De hecho, las cifras de Euromonitor para la industria muestran tan sólo un ligero descenso en este tipo de fraudes".


El fraude cometido sin tarjeta estaba detrás del 72 por ciento de los delitos cometidos con tarjeta y del 74 por ciento de las pérdidas totales por fraude entre los clientes que forman parte del Consorcio Europeo Fico Falcon Fraud. "Los delincuentes van buscando las formas más sencillas para cometer el fraude y, hoy en día, el lugar idóneo es Internet", continua Warwick. "Por ejemplo, el fraude en compras en Internet en Reino Unido supone un 0,22 por ciento, el doble que en el total de las transacciones. Además, los protocolos 3D Secure están trasladando la responsabilidad al emisor, no al comercio, por lo que es aquél el que debe contar con los métodos necesarios para reducir los delitos".

Como muestra el mapa del fraude en Europa publicado el año pasado por la institución, los países con los sistemas de detección de fraude más potentes han conseguido reducir los delitos de forma más amplia que los países que no han invertido en nuevas tecnologías. Durante el análisis llevado a cabo entre abril de 2010 y marzo de 2012, tan sólo un uno por ciento de las tarjetas fue víctima de fraude.